¡Por fin se terminó! La afirmación podría ser tranquilamente de un integrante del cuerpo técnico de Atlético Tucumán y de los otros 27 clubes de la Liga Profesional. Es que el larguísimo mercado de pases -uno de los más extensos de la historia del fútbol doméstico- comenzó el 1 de junio y finalizó el 6 de septiembre, hace apenas unos días. Particularmente, el saldo para el “Decano” fue equilibrado: ocho salidas y siete llegadas.

Con mayor o menor incidencia en el plantel, según el apellido las bajas de Atlético fueron las siguientes: Marcelo Ortiz, Agustín Lagos, Rodrigo Morales, Julián Carrasco, Joaquín Pereyra, Sergio Ortiz, Nicolás Servetto y José Devecchi. Las que más impacto causaron fueron, sin dudas, fueron la de Lagos y Pereyra.

Pero hagamos un repaso sobre como fue el mercado: desde lo económico el lateral santiagueño dejó un saldo de 1.000.000 de dólares tras su salida a Vélez. A priori, se esperaba que el impacto negativo sea desde lo deportivo. Lagos había encontrado continuidad en 2023 y comienzo del 2024, pero terminó forzando su salida al “Fortín”. A partir de ese momento Moisés Brandán parece haberse adueñado del carril derecho. Con apariciones más esporádicas en el ataque, pero con mayor solidez defensiva, por el momento no extrañan al santiagueño.

Pereyra por su parte, dejó 2.350.000 dólares por el 70% de su ficha. Desde lo deportivo, por el momento Facundo Sava encontró su reemplazante con Mateo Bajamich y Franco Nicola, que además de heredar la “10”, se metió al equipo titular.

El resto de las salidas, casi que no modificaron los planes del entrenador que había pedido siete refuerzos, independientemente de la cantidad de bajas que tenga el plantel. Eso sí, recién fue dando el visto bueno para que esas bajas se produzcan a partir que Miguel Abbondándolo fue incorporando jugadores. Así, Morales tuvo vía libre cuando Matías de los Santos confirmó su llegada. El zaguero uruguayo hasta el momento lleva disputados ocho partidos y 676 minutos, siempre jugando en la zaga al lado de Nicolás Romero. El ex Vélez le aporta experiencia a un sector que durante el semestre pasado le generó más de un dolor de cabeza.

Con la salida abrupta de Lagos, el “Decano” incorporó a Gino Peruzzi, que hasta el momento jugó cinco partidos y 155 minutos, tuvo solo una titularidad y fue reemplazado en el entretiempo. El jugador con pasado en la selección argentina le aportó jerarquía a su sector, compite mano a mano con Brandán por la titularidad y cada vez que ingresó lo hizo bien, sin ir más lejos, frente a Barracas anotó un gol.

Juan Ignacio González es el jugador que llegó en lugar de Devecchi, hasta el momento no sumó minutos y desde hace siete partidos es suplente de Tomás Durso. Lautaro Godoy es el otro refuerzo que aún no sumó minutos con la celeste y blanca. Por el momento, el ex River suma minutos en Reserva, cada vez que el “Decano” juega de local y pese a algunas convocatorias parece correr desde atrás en la consideración de Sava.

Rodrigo Melo llegó para ser rueda de auxilio del tándem Acosta-Sánchez en el medio y las veces que le tocó jugar no desentonó. En seis presentaciones sumó 115 minutos, destacándose ante Banfield y Estudiantes por su despliegue en el sector medio.

Una de las gratas sorpresas que presentó este mercado de pases para el “Decano” fue el hallazgo del uruguayo Nicola, el delantero de 22 años lleva 135 minutos jugado en dos partidos y dejó buenas sensaciones. Llegó a Tucumán, se entrenó dos veces con sus compañeros, debutó, pidió la “10” y en su segundo (Racing) partido fue titular, jugó los 90 minutos y fue uno de los puntos altos del “Decano” que marcha segundo en la tabla de posiciones de la Liga Profesional.

La frutilla del postre fue el regreso del ídolo Luis Miguel Rodríguez. El simoqueño lejos de ser un accesorio, se comprometió de entrada con el plantel, lleva 367 minutos disputados, repartidos en seis partidos, convirtió un gol y brindó dos asistencias. A sus 39 años se lo ve intacto desde lo futbolistico y mucho más consciente de lo físico. Aunque el es subcapitán, el delantero es la voz de mando dentro del vestuario y su llegada contagió tanto a hinchas como a sus compañeros. Desde su regreso, cada vez que fue titular el equipo ganó.